CATARSIS

Navegué por tu piel tantas noches, sintiendo la ternura de tus manos, de tu piel, de tus besos, que me fueron envolviendo en un caudal de sentimientos bellos, amé, con esa forma que tengo de entregarme a ese ser que sabe cómo saciar el hastío que la soledad me llena cuando en las noches solitarias vagaba por la vida llorando un amor a escondidas.
Y llegaste tú, tapizando el entorno con tus risas, con tus palabras plenas, fuimos uno solo cuando de reir o de llorar se trataba y aunque teníamos el alma atribulada nos dimos la fortaleza de seguir pernoctando en nubes rosas que fuimos creando conforme las horas pasaban hasta llegar la madrugada.
Hoy que no estás, que la realidad se impone, que tus palabras taladraron mis oidos dejándome en el más completo dolor, en la sensación de no ser nada ante la vida, me doy cuenta que en realidad fui creando un mundo de ilusiones, que ese vuelo hacia las nubes fueron solo míos, que nunca fueron tus labios realmente para mí en esos besos tibios porque cerrabas los ojos y otro sabor de boca, otro color de miradas te envolvían fingiendo que tus caricias era mías cuando tu pensamiento giraba una y otra vez hacia otro amanecer.
Tú fuiste el bálsamo que curó mis heridas, me diste confianza y ternura, me envolviste en tus brazos hasta recobrar la cordura y hoy que ya no estás necesito detenerme un instante, tomar aliento y seguir el sendero de mi vida triste y solitaria hacia un camino incierto.
No te tengo, es cierto, pero donde te encuentres estás solo, porque tu esencia, tu ser, tu vida misma se quedó prendida de mis sábanas desiertas que huelen el aroma de tu piel y se estremecen sabiendo que nunca volverán a sentirse aprisonadas entre tu piel y la mía.
Tu soledad seguirá siendo tu única compañía porque yo... yo te tengo a mi lado envuelto en suspiro...alma mía.