viernes, 8 de agosto de 2008

A VALERIA


Mi dulce princesa que hoy la tristeza te aqueja, déjame envolverte en un suave abrazo, decirte que aún en la distancia pensando en tí las horas paso, evocando la calidez de tu corazón, la ternura de tu mirada y ese inmenso cariño de hermana que sabes valoro en todo lo que conlleva el haberte conocido y también querido.

Hoy es tu cumpleaños, déjame decirte en un suspiro que agradezco a Dios el haberte conocido, porque eres ese ser que envuelve el mundo de ternura y que en sus dulces letras lleva magia pura.

Sé que la tristeza hoy en tí está presente, por ese ser que de tu vida está ausente, pero sabes bien que son designios del Señor el haberle llevado, porque estoy segura que junto a El, un lugar bello le ha reservado.


Imagina en tus sueños la grandeza de su amor, la calidad de vida que llevaba en su interior, esas palabras que siempre en tí dejaba enseñándote a ser un gran ser humano, dando todo de sí a través de tu mano que deja en lindas letras la más suave poesía, te quiero tanto princesa mía que quisiera atenuar el dolor que habita en tu alma, sé muy bien que con ello no reducirá el dolor, pero al menos espero te llegue la calma.
Cual tierna niña en su rincón favorito, rodeada de sus muñecas, de sus objetos queridos, lleva entre sus manos la tristeza y el dolor, porque no tiene a su lado a ese ser que le dió en su vida tánto amor... ¡ No llores ni sufras mi niña querida ! Sabes que te tiendo esta mano amiga para mitigar la tristeza y el llanto en tus ojos, sólo pon tu cabeza sobre mi regazo mientras te canto una dulce canción de cuna, como a tierna niña, cubriéndo tu corazón con un suave abrazo.


Van para ti estas letras envueltas en una prosa, porque eres para mí dulce, tierna y hermosa, por quien elevo una plegaria al Señor, pidiéndole humildemente te llene de paz y amor, de suave resignación y que deje en tu corazón cual manantial divino la gracia de seguir fuerte y firme en el camino.

Te quiero mi dulce Valeria, frágil en estos momentos, sin ese brillo de estrella que alumbra mi sendero, sé que vendrán otros tiempos en que tu corazón lastimado se nutra de dulce amor, como él te ha acostumbrado, sólo deja que el tiempo atenúe ese dolor para volver a mirar la sonrisa de tus labios, olvidando esas penas y esos resabios.


Te quiero mi Val, siempre será así y caminaré a tu lado siempre mi niña.

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"LA DISTANCIA ES COMO EL VIENTO, PORQUE AGIGANTA LOS GRANDES AMORES"