A veces despiertas con esa
sensación maravillosa de iniciar tu día de manera tranquila… de manera
correcta, buscando pasar tus horas en completa tranquilidad… buscando la manera
de sonreír y sentir que eres feliz… que aún cuando tengas una maraña de
sentimientos encontrados dentro de tu ser… con ese estrés que la vida misma nos
da, vas caminando paso a paso, sonriente, tranquila… sabiendo que siempre
buscas hacer lo correcto, lo que debe ser… ¡es increíble como a veces la vida
te da un revés!... otras tantas te da motivos bellos para continuar… y aunque
tienes en ti esa intuición tan nata en la mujer… ese instinto tan femenino
sientes que tienes la fortaleza necesaria para salir avante de cualquier
situación que la vida misma te presente… y pasan las horas y cuando menos te lo
esperas recibes el pago preciso de tus acciones que creíste en su momento eran
las correctas… pagas el vale de la vida por hacer las cosas bien… por seguir al
corazón en sus intentos de buena fé… ¡la vida y sus alrededores son un circo en
pleno carnaval de emociones! Y como aquél payaso que hace sonreír te pintas de
colores y sonríes… sí… ¡sonríes aunque por dentro tu corazón retenga el
llanto!... aunque por dentro la herida
se haga grande y te sientas tan llena de pesar… yo también sentí la herida en
mi alma… yo también en la soledad de mi habitación solté el llanto contenido y
me fundí en las lágrimas de pena… de injusticia… de tristeza y mi ser entero se
hizo llanto… y hecha un ovillo mi cama fue testigo de mi pena… mis almohadas
mojadas por mis lágrimas abrazaron mi
nostalgia… mi dolor… y mi ser… Yo sólo soy una mujer… solo soy un ser que
deambula por la vida con sus letras… sin más compañera que mi soledad… Dios
sabe que en mi corazón no existe el
rencor… no existe nada más que ese amor y entrega por las cosas que hago… por
lo que soy… por lo que doy y por la vida que me ha tocado vivir… sólo soy una
mujer…de paz y de amor.
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